Comencé como patrocinador/padrino infantil en el Hogar de Niños Emmanuel en 2015. Sabía que era una vocación, pero en ese momento simplemente pensé que era una donación. En los años transcurridos desde entonces, Dios me ha enseñado que es mucho más que una transacción unilateral. A través de las interacciones con los niños, ya sea a través de cartas o visitando el Hogar, he podido comprender más sobre lo que realmente es la felicidad y cómo Dios trabaja en todas nuestras vidas. Ver alegría genuina sin importar las circunstancias muestra cuánto Dios se preocupa por todos nosotros. El patrocinio no se trata simplemente de dar, se trata de cultivar relaciones que durarán eternamente. Ver eso de primera mano es algo que recomendaría a todos. Tendrás una experiencia que te cambiará.

Cameron Johnson

Una visita a Emmanuel es un evento que cambia la vida. El Hogar no tiene nada que sea especialmente impresionante. Se trata de los niños. Tienen muy poco, sin embargo son niños que se ven felices y muestran felicidad. Su canto es muy alegre. Cantan con todo el corazón. Son un grupo de niños alegres, amorosos y receptivos que me han enseñado a ver la vida de manera diferente.

Marilou Bower

Por ocho años he sido parte del programa de padrinos de niños. Estos niños y Emmanuel han cambiado mi vida. Me han mostrado quién es Dios y han sido un ejemplo de fuerza, alegría, gracia y misericordia. He aprendido a amar a otros gracias a mis experiencias en Emmanuel. Me encanta tener una conexión y relación con los niños que apadrino. No son solo una cara en una foto, son personas que conozco, a quienes amo y a las que puedo ver durante todo el año.

Scotti Moats